La
calle de Donceles que anteriormente se llamaba de los cordobanes, debido a que
así se les llamaba a los curtidores de piel; estos artesanos tenían sus locales
en esta calle lo que le daba su nombre a la misma. Posteriormente fueron
cambiados a otra calle.
El
nombre de Donceles se le dio a la calle porque se avecindaron en ella algunos
jóvenes nobles provenientes de España. Por ende la calle tomó el nombre que
hacía referencia la juventud y alcurnia de sus habitantes.
La
calle también se llamó Calle de Chavarría por Don Juan de Chavarría y Valero
quien obtuvo fama durante el incendio de la Iglesia de San Agustín. Dicho suceso
ocurrió cuando se celebraba el aniversario de la aparición de la Virgen de
Guadalupe. El incendio empezó y se expandió por todo el templo, Don Juan
Chavarría arriesgando su vida, entró al templo y sacó la custodia con el
santísimo que se había quedado en el altar, misma que entregó al Arzobispo Don
Fr. Payo Enríquez de Rivera. Don Juan de
Chavarría vivió en el número 55 de la calle de Donceles. Su casa se distingue
porque en la cornisa se colocó un nicho de piedra en alto relieve con el brazo
sosteniendo la custodia como referencia a su acto heroico.
Otro
dato importante es que en Donceles No. 94 estuvo la casa de Joaquín Dongo quien
fue asesinado junto con su familia y sirvientes por tres hombres el día 23 de
octubre de 1789. La casa tiene un placa donde dice: “En esta casa fue asesinado
don Joaquín Dongo -1789-“.
Los
asesinos fueron Baltasar Dávila Quintero de las Islas Canarias, Felipe Aldama
Bustamante de la provincia de Alava y Joaquín Antonio Blanco originario de la
Villa de Segura.
El
día del asesinato cuando Don Joaquín Dongo regresaba a su casa a eso de las
ocho y media de la noche, los asesinos fingieron la voz de la ronda y
consiguieron que el portero les abriera la puerta; entraron a la casa y mataron
uno por uno de sus habitantes, hasta un indio que traía un correo de la
hacienda de Don Dongo y que acababa de llegar. Al entrar a su casa Don Joaquín
fue asesinado a machetazos junto con su cochero y lacayo, que le acompañaban.
El
robo ascendió a $22,000 pesos más las joyas que había en la casa. Los malhechores
huyeron llevándose el carruaje de Don Joaquín.
El
crimen fue resuelto en pocos días; los culpables fueron juzgados y sentenciados
a la pena de muerte y mutilación de manos.
Don
Joaquín Dongo era el albacea del Virrey Bucareli.
En
el número 99 de la calle de donceles encontraremos la casa que albergó el
Colegio de Cristo que se sostenía con los recursos que dejó Cristóbal Vargas.
Este se encontraba enfrente del colegio de la enseñanza.
Por
último encontramos en el domicilio de Donceles No. 80 en la equina con la
primera de Santo Domingo, la casa donde nació el Beato Fray Bartolomé Gutiérrez
quien fue quemado vivo en Nagasaki por evangelizar a los nativos de ese lugar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario