Hace un rato que
llegaron los policías y me dieron por muerta. Es raro, nunca pensé cómo sería
morir. Se acabó todo, no más trabajo, no me tengo que preocupar por hacer las compras y pagos, ni la comida, de lo que voy a vestir. Todo quedo atrás.
Sin embargo, sigo aquí,
es como estar viva, pero sin ser vista por los demás. ¿Es así la muerte?
¿Seguiré viviendo en el mundo como fantasma? Tal vez me vaya al cielo. Esto es
muy confuso, creo que voy a enloquecer.
Bajo la vista para
tratar de calmarme, no lo logro. Veo a las demás personas pasar, pero ellos no
me ven. Están atareados ayudando a Luisa a salir del auto.
Estoy sentada junto a
mi cuerpo. Me veo, recorro con la vista cada parte de mi cuerpo. Mi cara tiene
una expresión de paz, mis ojos tiene un brillo especial. Me doy cuenta que era
una mujer hermosa, pero nunca me sentí bella.
Tuve una vida
interesante, soy una mujer inteligente, tuve buenos logros en el trabajo.
También tenía buenos padres, viajé, estudié lo que quería, tuve buenos amigos,
me enamoré, aunque no tuve mucha suerte. Me faltaron muchas cosas por hacer,
por vivir.
Se acerca un oficial,
trae una sábana y cubre mi cuerpo con una ella. Se van a llevar mi cuerpo.
¿Que haré? Creo que
debe buscar un lugar a donde ir y quedarme. Voy a ir a mi departamento, debe
estar solo. Así podré pensar que hacer.
Voy a subir a la
ambulancia en la que trasladan mi cuerpo para llegar a la ciudad.
Siento miedo. Calma.
Piensa. Nunca me he dejado llevar por el miedo y ahora tampoco. Voy a pararme y
a continuar, sea lo que sea. Supongo que todos los que han muerto han pasado
por esto.
Creo que lo mejor es
que busque alguien que esté igual que yo. Pero primero iré a mi departamento,
ahí creo que estaré segura.
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